Con la llegada del nuevo año llegan también las listas de propósitos. Entre estos es muy común que aparezca el propósito: perder peso.
Párate a pensar, ¿cuántos años lleva siendo un propósito que acabas sin cumplir? ¿cuántos lunes durante el año te has propuesto empezar la dieta? ¿cuántas dietas diferentes has probado y ninguna te «ha funcionado»? Este año puede ser el definitivo si lo enfocas de manera correcta.
Sigue leyendo porque te voy a dar las claves para que en tu lista de propósitos del 2022 ya no aparezca el perder peso.
- Busca un objetivo que quieras alcanzar. Te has planteado tantas veces perder peso que ya no tienes confianza en conseguirlo y lo piensas como algo automatizado. Ahora reflexiona y apunta ¿para qué quieres perder peso? Seguramente surjan nuevos objetivos que te motiven más que el simple hecho de perder peso como por ejemplo: sentirte bien, poder hacer deporte con amigos, correr detrás de tus hijos, volver a bailar… En los momentos que necesites superar tu falta de «fuerza de voluntad» piensa en todos esos para qué, estos son realmente tu motivación.
- Cambia tus hábitos y no vuelvas a estar a dieta. No busques esa dieta milagrosa que funcione durante un mes y luego vuelvas a comer como antes. Si no hay un cambio de hábitos que puedes mantener en el tiempo, tampoco el cambio de peso será duradero. Cada año surgen nuevas dietas milagro que se ponen de moda. En este 2021 le ha tocado a la dieta del ayuno. Todos los días hay personas preguntándome si es la mejor dieta para perder peso. Yo no lo veo como una dieta, ni es una estrategia para perder peso. Solamente es una manera de organizar las comidas diarias concentradas en ocho horas, pero en esas ocho horas debemos comer la misma cantidad y calidad de comida que si no hiciésemos ayuno 16/8. Se puede poner en práctica si por ejemplo eres una persona acostumbrada a no desayunar o no te resulta un esfuerzo pasar 16 horas sin comer. También sería recomendable para personas con ciertas patologías digestivas, SOP, endometriosis, etc.
- No busques solamente un cambio físico. La pérdida de peso será la consecuencia del cambio de hábitos. Una buena alimentación, una vida activa y la reducción del estrés a medio-largo plazo, te ayudarán a mejorar tu salud física y emocional. Es importante identificar que acciones de tu vida diaria puedes empezar a mejorar. Durante el proceso de cambio, lograr esas pequeñas metas que establezcas, aumentará tu motivación. En consulta utilizo el método SMART para establecer de manera correcta estos objetivos. Los objetivos SMART deben ser específicos, medibles, alcanzables, realistas y temporales.
- ¿Hay que comer cinco veces al día? ¿Es imprescindible desayunar? ¿Es malo cenar fruta? ¿Se puede comer más tarde de las 20:00? Las preguntas que surgen en consulta son infinitas en la búsqueda de la manera perfecta de comer. ¡Atent@! No existe una sola manera correcta de hacer las comidas. Tu «dieta» perfecta será la que más se adapte a tus gustos, horarios, preferencias, etc.
- Elige alimentos de calidad que alimenten de forma correcta tu microbiota intestinal. Esta microbiota es el conjunto de microorganismos que residen en nuestro intestino. Estos nos ayudan a digerir alimentos y absorber nutrientes, producir vitaminas y a estimular el sistema inmunitario. Sin embargo, los cambios en la microbiota por una mala alimentación, son capaces de promover un estado de inflamación crónico caracterizado por la resistencia a la insulina y el riesgo cardiovascular. Además en ciertos estudios con ratones se demuestra que tener una microbiota poco diversa hacía aumentar las calorías durante la digestión. Es decir, dos personas que coman lo mismo pueden extraer distintas calorías en función de si su microbiota intestinal es rica en diferentes especies de microbios o no. En próximas entradas os hablaré más profundamente de este tema.
- Pide cita con un Nutricionista profesional que te ayude a definir tu objetivo, mantener tu motivación, diseñar un plan de alimentación personalizado y que en cada consulta te enseñe cómo superar cada obstáculo que pueda surgir. No acudas a la consulta de nutrición solamente para subirte a la báscula, no siempre es necesario pesarte para valorar una evolución. Hay muchos otros parámetros en los que fijarnos como el cambio en volumen, sentir menos ansiedad por la comida, notar las digestiones más ligeras, etc. Y ¡muy importante! No anules la cita la semana que no has comido saludable y piensas que no vas a bajar de peso. En estos momentos difíciles es cuando más necesitas el apoyo y asesoramiento de tu Nutricionista.
Lánzate a conseguir el cambio y conocer tu mejor versión. Una alimentación variada y equilibrada es la base para mantener una buena salud, imprescindible en los tiempos que corren.